Cochin, la gran puerta de entrada a Kerala

Somos unos enamorados de India y Kerala es una de nuestras pasiones.

Cada año viajamos al menos un par de veces y ya estamos organizando el próximo que será a finales de año.

Kerala es diferente al resto de India. Hay que conocerla para comprobar lo que tantas veces se dice de ella, es la cara abierta, amable, culta. Antes de hablar de este Estado situado en la costa sudoeste del subcontinente indio, tenemos que hacerlo de Cochin o Kochi porque es la antesala de Kerala.

Es una parada obligada por su aeropuerto internacional y porque su costa con uno de los principales puertos la convierten en el gran centro comercial del sur.

Conocer Cochin es interesante como primera toma de contacto con esta región y sumergirse en la historia con la visita al legado que dejaron sus visitantes.

Los portugueses construyeron el primer templo europeo del país, la Iglesia de San Francisco donde el navegante Vasco de Gama, responsable de que estas tierras fueran un día colonia portuguesa, tiene aquí su tumba aunque los restos descansan en el Monasterio de los Jerónimos, en Lisboa (Portugal).

Después, llegaron los británicos que dominaron la costa Malabar hasta la independencia del país en 1497. De ahí que siendo el malayalam su principal idioma, esté generalizado el uso del inglés.

Subiremos a un rickshaw para ir a Mattancherry, la zona comercial. Y en sus calles respiraremos el intenso aroma de muchas de las especias que se cultivan en Kerala: pimienta, cúrcuma, jengibre, cardamomo, clavo y té. Los amantes de esta infusión haremos provisión del chai Massala, tan especial con su toque especias. Antigüedades, muebles, joyerías, telas de algodón que por el calor y la humedad es el más apropiado en este rincón del mundo, tallas en marfil y sándalo, y los codiciados aceites de este árbol originario de India.

Hay que visitar Jew Town o como dicen los keralitas, “juice town”, la zona judía donde históricamente se inició el comercio; la sinagoga Paradesi; y, muy cerca, el Palacio del Marajá de Cochin o Palacio Holandés – también construido por portugueses, a pesar del nombre-. Son curiosas las pinturas, los muebles, trajes y los murales hindúes del s. XVI pintados sobre paneles de madera que empapelan las paredes de las habitaciones.

Puestos de pescado en Cochin – Foto: E. Morales

Bordeando la costa de Fort Cochin recorreremos los puestos de frutas, zumos, bebidas y pescados recién capturados con las redes chinas que al momento y a la vista cocinas en los puestos al aire libre. Aún se mantiene la peculiar forma de pesca heredada de los chinos que practicaron este arte durante el tiempo que vivieron aqui.

Después de las compras y visitas obligadas, culturales, restaurantes, … Viajaremos, por fin, hasta Kerala.