Altiplano Granadino, un paraíso por descubrir

La riqueza de la oferta turística andaluza es bien conocida internacionalmente: sus playas, sus ciudades monumentales, sus parques nacionales o sus numerosos pueblos Patrimonio de la Humanidad.

 

 

Pero aún existen lugares en esta región extensa que están por descubrir para la mayoría. Uno de ellos es el Altiplano granadino, un lugar espectacular en el que se concentran los bellos paisajes una llanura casi desértica y las sierras que la circundan: La Sagra, Castril, Baza y Orce.

 

Fue precisamente en esta tierra donde vivió hace más de un millón de años uno de los primeros habitantes del continente Europeo y más tarde, numerosas civilizaciones que fueron dejando su legado en muchos de los pueblos de la comarca.

 

 

Embalses, montañas nevadas, cuevas que fueron pobladas por antiguos andalusíes y localidades con herencia musulmana que aún conservan riquezas a las que se unieron más tarde las construidas tras la reconquista como colegiatas, iglesias y casas-palacio.

 

 

Pero son quizá las casas cueva uno de los atractivos que más interés despierta en los visitantes, que pueden alojarse en muchas de ellas y sentirse como en hoteles con todo tipo de comodidades y vivir una experiencia única. Pero es que el Altiplano ofrece además exquisiteces gastronómicas como el cordero segureño o embutidos caseros secados en cuevas, además de una artesanía que también nos retrotrae hasta un pasado del que las evidencias arqueológicas son numerosas en la zona.

 

Y quienes se decidan a visitar este destino podrán además disfrutar de la oferta deportiva, con rutas a caballo, senderismo, o vuelos en parapente y ala delta, que satisfarán las expectativas de los que tienen ganas de emociones intensas y aventura.

 

Es el Altiplano extraordinario en cada rincón, en cada uno de sus términos municipales y con núcleos dispersos que tradicionalmente se dedicaron a la explotación minera, forestal o ganadera. Quien lo visita del contraste, también climático, con veranos cálidos e inviernos fríos, montañas elevadas y fértiles vegas entre tierras desérticas, y un patrimonio arqueológico y etnográfico singular.

 

Es el momento de poner en valor toda esta riqueza y contribuir a su desarrollo con la mirada de futuro, y donde la calidad sea la seña dominante en la oferta. La singularidad y excepcionalidad de la ‘materia prima’ turística debe posicionarse como un producto diferenciado y competitivo, y para ello estamos trabajando intensamente de mano de las asociaciones empresariales y demás instituciones.

 

 

Dicen los que viven en el Altiplano que el suyo es uno de los paisajes más hermosos del mundo. Es hora de darlo a conocer desde el convencimiento de que merece la pena, y que supone un plus para la oferta turística andaluza. La puesta en marcha de un plan de acción por parte de la Junta de Andalucía servirá para posicionar el destino y contribuir a su comercialización. Difundir lo que hasta ahora ha estado casi ‘escondido’ a los ojos de los potenciales turistas, algunos de zonas vecinas, otros de lugares más lejanos, pero que a buen seguro querrán venir y disfrutar de esta joya natural y parte fundamental de la historia del hombre.

 

Castril, Baza, Orce, Galera, Guadix, La Puebla de Don Fadrique, Castilléjar, Benamaurel, Cúllar, Cuevas del Campo, Freila, Cortes de Baza, Caniles o  Huéscar, todos los pueblos del Altiplano granadino le sorprenderán de una u otra forma. La elección es el disfrute asegurado. La magia está delante de sus ojos.